La obtención de la Supercopa Argentina ante Boca cambió por completo el semblante de todo River. A contrapelo del clima de tensión que se vivió esta mañana en la Bombonera, e incluso de la preocupación que invadió a River en el último mes por los malos resultados en la Superliga, hoy el conjunto de Marcelo Gallardo practicó en un marco de alegría y caras relajadas, como salidas de un spa.
Y el domingo, contra Belgrano en el Monumental, la fiesta proseguirá con distintas acciones para celebrar ante su público la conquista de un título cuya relevancia se potenció enormemente porque el que estuvo enfrente fue su rival de toda la vida.
“Los jugadores llegaron sonrientes, como hacía mucho no ocurría”, cuenta un empleado que va todos los días al predio donde River reanudó esta mañana los entrenamientos luego del día libre que Gallardo le dio a su plantel tras llegar de Mendoza el jueves al mediodía. Un dato que dejó la mañana fue ver a Leonardo Ponzio, el capitán, con el pelo más corto: efecto de la promesa cumplida por el triunfo.