Las dos últimas semanas han sido tristes y terribles. Desbordes de ríos, mazamorras, pérdidas humanas, de bienes y de sueños y un extraño evento relacionado a la explosión de una garrafa han ensombrecido los festejos carnavaleros. Muchas voces se han alzado para pedir la suspensión de esa celebración, y otras han criticado ácidamente, y para mi gusto, en forma mojigata,…